jueves, 26 de noviembre de 2009

“LE CUMPLÍ A MI HIJO UN MES ANTES”

Respirar, algo tan sencillo y de lo que no nos percatamos. Respirar, soplar, toser, gritar, ahí siempre está el aire y la fuerza de los pulmones. Lo que durante cinco años fue tan complicado para Luis Fernando Montoya, es desde hace casi un mes el motivo de su alegría. Respirar, respirar sin ayuda. Su voz es más clara y su sonrisa demuestra que es un hombre que va lento, pero seguro.



Juan Camilo Gallego Castro
jcamilogallego@gmail.com
El final de ese balón fue un poco frustrante. En esa cuadra donde vivía, el partidito se armó para las horas de la noche. Alguna cosa tuvo que pasar, pues alguien llamó a la policía y esta llegó y se llevó el primer balón que tuvo Luis Fernando Montoya. Gracias a los materiales que llevaba a una chatarrería, pudo reunir el dinero suficiente para conseguir el primer elemento que reúne la perfección de sus sueños: el balón.
Desde el patio de su finca en el municipio de Caldas, Clif está corriendo constantemente. Cada persona que llega es recibida por Clif, un pastor alemán que tiene José Fernando hace poco más de un año. “No se cansa de jugar. Ya le he dado cuatro balones y todos los ha dañado. Claro que ya estaban malos”, cuenta José Fernando.
Ya ganó su grado y va para tercero, tiene ocho años y monta en su bicicleta, aunque dice que también le gusta el fútbol, verlo con su papá, jugarlo en la manga y poner a correr a Clif. ¿Quién puede sentirse más contento que José Fernando al ver que su papá le cumple sus promesas?
“Estoy muy contento de que hubiera cumplido”, cuenta el pequeño José, pues hace 27 días su papá le demostró, un mes antes, que dejaría el ventilador automático para respirar naturalmente, sin depender de todos esos aparatos que mantenían con vida a Luis Fernando.
Casi imperceptible, así es el respirar, lo que durante cinco años fue complicado para Luis Fernando, es desde hace cuatro semanas el motivo de su felicidad.
“Recuerdo que teníamos clase en el Sena y Fernando me dijo: ‘Se me dañó el marcapasos’. ¡Qué miedo, qué va, nada de miedo! Fue la mejor clase que dictó. Fue coherente y a partir de ahí se fortalece más”, describe con una sonrisa contagiosa Luis Alfonso Sosa, quien más que sicólogo de Fernando, es su amigo. Desde hace 26 años que lo conoce han cultivado una amistad que se ha mantenido en los momentos más difíciles.
“¡Estamos de plácemes, estamos de plácemes!”, añade Luis Alfonso. Es innegable, ese hombre de grandes retos ya coronó una de las grandes incógnitas de su recuperación. Respirar, respirar, ¡Cuanto significa para Luis Fernando!
“Es algo que yo le prometí a él y le cumplí. Me cuesta un poquito, pero la idea es tratar de mejorar mucho la parte de la movilidad. Mi voz la siento bien. Me falta recuperar un poco la voz, ser más fuerte”, habla con más claridad Luis Fernando, mientras ve a Clif. El perro está esperando que alguien tire lo que se llamaba pelota para ir detrás de ella y volverla a traer.
“El perro está esperando que tiren la pelota”, dice Luis. Alguien coge ese ex balón de baloncesto y lo lanza. Sonreír, sonreír. Así se puede describir la felicidad, con una sonrisa. Luis Fernando sonríe mientras Clif vuelve, para hablar de sus sueños: “Me sueño tratar de recuperarme totalmente, y si puedo volver a dirigir sería muy bueno.
Todavía para dirigir me falta, pero me siento contento de compartir los conocimientos con los del Sena y el Politécnico”. El vicepresidente Francisco Santos le propuso a ‘el profe’ que dictara un curso en el Sena, una tecnología para técnicos de fútbol. Y ahí está, cada semana le dedica dos horas a la clase y el resto del tiempo lo aprovecha en su recuperación y en ver fútbol. “Ahora sabe más de fútbol”, añade Luis Alfonso, pues ve el mayor número de partidos posibles. ‘El profe’ escribe una columna semanal, además sus comentarios de la televisión son solicitados constantemente. A su casa se acercan conocidos y desconocidos. Hasta llegaron hace poco unos japoneses, especialmente desde Japón para entrevistar a Luis Fernando.
‘El profe’ respira felicidad. Ahora, según su médico Diego Lalinde, el objetivo es que tosa con normalidad, pues si lo hace, el siguiente paso será quitarle la cánula de la traqueostomía para que sólo respire por boca y nariz. Sin duda, seguiremos respirando felicidad Luis Fernando, es el paso que sigue.

1 comentario:

Beatriz Ibargüen dijo...

hola, como siempre muy bien.. te felicito....