lunes, 22 de septiembre de 2008

LA BÚSQUEDA DE LA EMOCIÓN EN EL OCIO


Decía Elías que “hoy, los incontrolados e incontrolables estallidos de fuerte tensión pública son menos frecuentes”, debido precisamente a la organización del estado y las sociedades más industrializadas. “En las sociedades más desarrolladas”, como habla Elías, la fuerte expresión de la emoción sólo puede ser aceptada en los niños, porque de lo contrario, una persona adulta puede ser calificada de demente, incontrolada o anormal.

Para encontrar o no una relación entre la emoción, el ocio y el pensamiento aristotélico, debemos iniciar por definir cada uno de estos conceptos que trata de concretar Elías en La búsqueda de la emoción en el ocio.

La emoción puede ser definida “…cuando se presentan situaciones críticas importantes en la vida de las personas, las erupciones repentinas de sentimientos poderosos” o no, es decir, la expresión de un sentimiento, sea miedo, alegría, amor; por parte del ocio, Elías afirma que el tiempo dedicado para hacer un trabajo, no asalariado, diferente al “trabajo”, definido como el que hace la gente para ganarse la vida, se define como ocio, como los deportes, la música, el teatro; con relación al pensamiento aristotélico, es confusa su definición, primero porque se confunde la ilustración hecha por el filósofo con relación al ocio, llamado por él, schole. El anterior tenía relación con lo que se hace en el tiempo libre como la conversación, el debate, pero en esta schole se iba a aprender y era lo que hacían los hombres del ocio.

Elías decía que solo cuando ya estuviera muerta una persona se dejaría de tener tensión, ésta entendida como la emoción que se siente en una actividad recreativa, como parte del ocio, es decir, durante el ocio existe un nivel de emoción que es controlado cada vez más “por restricciones civilizadoras”. No puede ser entendida la una sin la otra, la emoción es inherente al ocio y viceversa, por eso, mientras se va a cine, se observa un partido de fútbol, existe un clímax, momentos donde existe mucha tensión, se transmite la alegría o la tristeza, en ocasiones el miedo o el amor. Estos sentimientos pueden expresarse en una palabra, “placer”, como dice Elías ante la definición de Aristóteles, “trabajamos con el fin de tener tiempo para cosas mejores y más plenas de sentido”, esas cosas que tienen sentido son las que generan placer, de esta forma, se relaciona la emoción, el ocio y el pensamiento aristotélico.

No obstante, podemos encontrar algunas diferencias entre el ‘ocio’ aristotélico y el ocio de nuestra sociedad. Las personas ociosas en Grecia no hacían otra cosa diferente a lo que él llamaba schole, que era aprender. El ocio de nuestra sociedad es diferente en cuanto se busca en el ocio la emoción, la diversión, puede ser igual en el caso griego, sin embargo, son dos contextos diferentes en cuanto se debe ser más atento con el trabajo que con la diversión.

El ocio es definido en parte como “actividades miméticas”, una clase de imitación de la vida real, en ellas, se siente emoción y se busca la tensión para así obtener una clase de excitación. Para finalizar, podemos definir que la emoción hacer parte del ocio, de las actividades miméticas, porque se busca la tensión para obtener un placer, catarsis como lo define Aristóteles, de esta manera podemos concluir que existe relación entre el ocio y el pensamiento aristotélico, en cuanto este último se expresa en placer el hecho de ser ocioso. Aquí entra la emoción, como la respuesta que busca el ser humano ante las actividades miméticas y ante el pensamiento aristotélico. Sin emoción no hay excitación, por eso, sin emoción no existiría el ocio.

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